Un día la lava brotada desde el volcán Etna, llego al mar, así se enfrió y petrifico.
Sobre ella, se contruyo un castillo, para delicia de los amantes de la arquitectura...
Pero por suerte dejaron un trozo de piedra libre para delicia de los amantes del sol y el snorkel.
Es un sitio ideal para novatos del submarinismo.